"LA IMAGINACIÓN, EN TANTO QUE CARTOGRAFÍA DE LA LIBERTAD, CREA SU PROPIO ORDEN."
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Es precisamente en el contexto del movimiento de la autonomía de la imaginación literaria donde Montaigne concibe sus obras. Para este humanista escéptico, la invención y la divagación activan la escritura ensayística. Escribir es recrear otros mundos que subyacen a este mundo. Desde la óptica del ensayo, la realidad es obra de múltiples realizaciones. Fabular es confabular la urdimbre de lo real.
En periodos más recientes la literatura fantástica ha sido una forma idónea para sortear la censura dentro de los regímenes autoritarios modernos. Sin embargo, la fuerza de las obras imaginarias no se reduce a la crítica, sino que es alma de creación y búsqueda. Los ensayos imaginarios de Julio Torri, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar e Italo Calvino, por citar algunos ejemplos, nos muestran vigor, potencia y pertinencia de la literatura que asume el juego de la fantasía como devenir temporal. La ficción ilimitada de los ensayos narrativos y poéticos de Juan José Arreola permite que el lector emprenda por cuenta propia su cuento más apropiado.
Arte y artefacto, arco, flecha y blanco, la imaginación consta de una función múltiple y una estructura plural. Es ser y movimiento, ser en movimiento: devenir. Toca al hombre y trastoca la habitación del mundo. Lejos de oponerse al recuerdo, la imaginación enraiza en él. Creación inédita que florece en el subsuelo fértil de la memoria, la imaginación ensancha a ésta, hace más vigorosos sus vástagos. Si las raíces móviles de la imaginación se incrustan en el pasado, sus frutos brotan en el presente y su simiente se orienta hacia el porvenir. Estalla y germina en el tiempo temporalidades heterogéneas y plásticas.
La imaginación, en tanto que cartografía de libertad, crea su propio orden. Fábrica infinita de imágenes, promueve la reordenación del mundo. Imaginación es liberación: libertad del ser en el hacer(se). Fantasía e imaginación despliegan el corazón de la subjetividad y enriquecen reflexión y vida. Cargados de imágenes, los afectos emprenden viajes imaginarios, adquieren el poder re-con-figurador de lo real. El distanciamiento de la imaginación frente a la legalidad establecida busca la afirmación de experiencias y realidades inéditas. O hay imaginación o fantasía que no promueva otros órdenes imaginarios posibles e imposibles, reales y virtuales. Imaginación y fantasía transfiguran, abren líneas de metamorfosis, transgreden todo lo que tocan. Son poderes de gestación.
Hay que levar anclas para no ser esclavos del desierto cultural que se expande, soltar amarras, volar, emprender la vida con nueva ruta. Y hacer de las rutas derivas en pos de la activa recreación del hombre y del mundo. Si la imaginación es el motor, el ensayo bien podría ser "nuestra nave". Todo depende de nuestra capacidad para dejar que la escritura sea espejo de los misterios cotidianos.
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Sigifredo E. Marín, Imágenes de la imaginación, Conaculta / FLM, Fondo Editorial Tierra Adentro núm 320, 2006, págs 86-87
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